REVISTA AD’IP N.º44 – DICIEMBRE 2020
SECCIÓN NOTICIAS AD’IP – ALIANZA PARA LA FP DUAL
Juan Carlos Tejeda Hisado
Director de Educación y Formación de CEOE y Director de Programas e Innovación del Instituto Superior de Estudios Empresariales (CEOE CAMPUS)
“Desde CEOE consideramos que la participación de las organizaciones empresariales sectoriales en los procedimientos de evaluación de las competencias adquiridas por la experiencia laboral debe ser prioritaria”
CEOE, otro de los promotores de esta iniciativa
La directa comunicación interna que AD’IP Asociación Española ponía de manifiesto en su anterior entrevista con el Director del Departamento de Empresas y Organizaciones Asociadas de CEOE, con su reciente integración de esta Asociación como miembro de pleno derecho en CEOE, se constata claramente tras el primer contacto establecido con el Departamento de Formación y ser atendidos por su Director.
Desde que en el año 1993 se licenciara en Derecho, especialidad Jurídico-Empresarial en la Universidad San Pablo CEU, la posterior obtención de varios Postgrados (Derecho Comunitario por la Universidad San Pablo-CEU, Auditoría de Cuentas por la Fundación Universidad Empresa-Universidad Complutense y Dirección de Recursos Humanos por el Colegio de Sociólogos de Madrid), lo cierto es que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el ámbito de la Formación Profesional.
Durante diez años ha ocupado diferentes puestos de responsabilidad en FORCEM y más tarde en la Fundación Tripartita para la Formación del Empleo. También ha dirigido las Consultoras de Formación más relevantes y desde el año 2011 trabaja en CEOE, siendo su representante en el ámbito institucional en materia de Educación y de Formación, en una gran lista de Consejos y Comités, dentro del marco del Diálogo Social y con las Administraciones. Además, desarrolla también una amplia representación en numerosas Conferencias, Seminarios, Jornadas o Mesas Redondas, especialmente en el ámbito de la Educación, Formación Profesional para el Empleo y en el de la Formación Profesional Dual. Actualmente es el Director de Educación y Formación de CEOE y Director de Programas e Innovación del Instituto Superior de Estudios Empresariales (CEOE Campus), teniendo ahora el privilegio de tener al otro lado de la entrevista a este gran profesional y cercana persona que está tras este extenso perfil, Juan Carlos Tejeda Hisado.
-Parece que ese mundo de cambio rápido, ese mundo VUCA que tanto habíamos escuchado de ese acrónimo de un anglicismo, hoy parece que ha alcanzado otra dimensión. Volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. ¿Nos podría concretar cuál es su responsabilidad principal desde de su cargo de directivo que actualmente representa en CEOE y cómo se vive este momento desde su puesto?
Soy consciente de que vivimos un momento extraordinario de la humanidad debido a que las transformaciones están siendo probablemente las más significativas de las producidas a lo largo de toda la historia. Podríamos decir que nos encontramos ante un cambio de época.
Como bien señala, debemos estar preparados ante este nuevo entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo que nos ha tocado vivir ya que parece que nunca se vaya a estabilizar. No se trata de una simple moda, sino que tiene una clara vocación de permanencia y más ahora tras la pandemia producida por el COVID-19.
Son múltiples los factores que están condicionando este profundo cambio, como son los demográficos y sociales, que producen importantes asimetrías en las estructuras de la población mundial; los climáticos, con serias repercusiones energéticas y económicas; los procesos de globalización que están cambiando aceleradamente la economía, la sociedad y el trabajo; el nuevo entorno geopolítico, que provoca un cambio de eje en los decisores del mundo, o los disruptivos y rápidos avances digitales.
Cada empresa está llamada a cambiar radicalmente en la próxima década, al igual que el empleo que generan. Todos estos cambios están impactando profundamente en el entorno empresarial y en su competitividad.
Y sin duda alguna, una de las variables que más está afectando a esta competitividad empresarial son las “competencias profesionales” de los recursos humanos, entendidas precisamente como la capacidad de los trabajadores de aprender y de adaptarse a las circunstancias cambiantes.
La actualización permanente de estas competencias se ha convertido en algo imprescindible, tanto para los trabajadores como para la empresa, habiendo quedado obsoleto el tradicional esquema “Formación-Trabajo-Jubilación”, en el que la Formación constituía una etapa inicial y única de nuestras vidas. Ahora la capacitación de cada individuo se desarrolla en todas y cada una de las diferentes etapas profesionales por las que éste pasa, de forma que pueda ir adquiriendo o adaptando las competencias requeridas en cada momento.
“El alto nivel de desempleo juvenil en España es una disfunción de nuestro mercado laboral, que tiene graves consecuencias en la situación presente y futura de los jóvenes españoles y limita el crecimiento potencial de la economía española en el largo plazo.”
Ante ello, cabe preguntarnos si en España estamos afrontando adecuadamente todos estos nuevos retos desde la perspectiva de la Educación y de la Formación Profesional para el Empleo, y mucho me temo que no podemos ser muy optimistas al respecto, ya que continúa existiendo una importante falta de ajuste entre la cualificación demandada por las empresas y la que ofrecen los trabajadores, con déficits y desequilibrios estructurales notables que, lejos de desaparecer, aumentan cada vez.
Además, todavía sigue existiendo una elevada tasa de fracaso escolar, de abandono escolar temprano y de sobre cualificación, que contrasta con el hecho de que todavía un alto porcentaje de nuestra población apenas posee estudios primarios y no tiene ningún tipo de cualificación profesional reconocida.
Y precisamente, desde mi puesto como Director de Educación y Formación de CEOE trabajo para que los diferentes sistemas involucrados en la capacitación del individuo, ya sea el educativo o el de formación profesional, estén alineados con dichas demandas empresariales, de forma que permita a las empresas, ahora más que nunca, adaptarse para poder subsistir y ser competitivas; y a los trabajadores, por su parte, a mejorar su cualificación profesional.
Estoy convencido que la educación y la formación están llamadas a ser un catalizador crítico en la salida de la crisis, pero para ello tenemos que acometer una serie de importantes reformas.
-Según le hemos escuchado decir, hay algo que ocurre en nuestro país cuando se estudia la relación entre vacantes y desempleo, lo que se conoce como la Curva de Beveridge, que a mayor incremento del paro se incrementa también el número de vacantes en determinados puestos de trabajo a cubrir, ¿nos podría facilitar algunos datos y casos concretos al respecto?
Como bien detalla, la curva de Beveridge establece la relación entre el desempleo y la tasa de vacantes de un país, siendo un comportamiento habitual que cuando hay una mayor tasa de desempleo, se da una menor tasa de vacantes.
En España esto no siempre sucede así ya que, en algunas ocasiones, esta curva pone de manifiesto ciertas ineficiencias de nuestro mercado laboral, ocasionadas por desajustes entre los puestos de trabajo disponibles y los desempleados existentes.
Esta “anomalía” se explica por diferentes razones, pero una de las más importantes radica en que la oferta de cualificaciones no está suficientemente adaptada a las necesidades del mercado laboral.
Para analizar este desajuste, es importante partir de algunos datos llamativos:
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España presenta un importante problema de competitividad, tal y como demuestra que ocupe el puesto 23 del “Global Competitiveness Index 2019”, que elabora el Foro Económico Mundial entre 141 países, dándose el caso de que 12 países europeos nos superan en competitividad global, siendo realmente preocupante que tengan un entorno empresarial con mejor competitividad que la de nuestro país.
Este ranking se calcula teniendo en cuenta indicadores como las infraestructuras de cada país, sus instituciones, datos macroeconómicos, medio ambiente, salud, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia y del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, disponibilidad tecnológica, tamaño del mercado, innovación, etc. pero sin duda, una de las principales variables está referida al nivel de cualificación de su población.
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El Índice de Capital Humano, elaborado por World Economic Forum, que mide el sistema educativo/formativo frente a los mercados laborales para averiguar el grado de aprovechamiento del capital humano y de preparación de la fuerza laboral de un país para enfrentarse a los retos económicos, sitúa a España en el puesto 44 (por detrás de países como Kazajistán, Portugal, Rumanía o Grecia, y en el penúltimo lugar de los miembros de la Unión Europea).
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El Índice de Competitividad por el Talento Global, elaborado por ADECCO, y que mide la capacidad de los países para gestionar el talento a través de la atracción, crecimiento y retención del mismo, sitúa a España en el puesto 31 de 118 países.
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El 55% de las empresas tiene dificultades para encontrar trabajadores debido a las nuevas tecnologías, las nuevas pautas de trabajo y los cambios estructurales de las compañías (Fuente: Informe “Déficit de talento y desajuste de competencias” elaborado por Randstad Research, Enero 2018).
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Existen en la actualidad puestos vacantes en el 65,6% de las empresas, y 2/3 aproximadamente de dichos puestos son difíciles de cubrir (Fuente: Informe “Déficit de talento y desajuste de competencias” elaborado por Randstad Research, Enero 2018).
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Y todos estos datos contrastan con un elevado porcentaje de desempleo del 16,26%, según EPA del tercer trimestre de 2020.
Desde CEOE entendemos que resulta urgente potenciar el grado de cualificación y formación de los trabajadores para poder afrontar en mejores condiciones la necesidad de adaptación según lo que demanda el mercado en un contexto actual de elevada competencia.
Ello supone mejorar el sistema educativo y el de formación y su relación con el sistema productivo buscando una mayor eficiencia, con el objetivo de que la mejora en la calidad de la educación y la formación permita responder adecuadamente a las necesidades de formación y cualificación profesional de los trabajadores y de las empresas, resultando un elemento estratégico para el desarrollo del país y su competitividad.
De esta forma, la curva de Beveridge recogerá un comportamiento más racional entre oferta y la demanda.
Tenemos claro que las empresas difícilmente pueden ser competitivas si quienes trabajan en ellas no son competentes.
– ¿Cómo diría que se encuentra posicionado nuestro país, respecto a otros países, en cuanto a tasa de desempleo juvenil y la incorporación de los estudiantes a puestos de trabajo que realmente se correspondan con su formación?
El alto nivel de desempleo juvenil en España es una disfunción de nuestro mercado laboral, que tiene graves consecuencias en la situación presente y futura de los jóvenes españoles y limita el crecimiento potencial de la economía española en el largo plazo.
El desempleo juvenil en España no sólo se distingue por su elevada tasa, que ha superado el 40% en 2020 (EPA tercer trimestre 2020), sino que es persistente en el tiempo y no tiene parangón en ningún país de la Unión Europea, incluso en la OCDE.
En el colectivo de los jóvenes, el desempleo aumenta más que proporcionalmente en ciclos económicos recesivos, y tiene una notable rigidez a la baja en épocas de expansión económica. Esto significa que el mercado laboral no funciona de manera eficiente.
Para intentar explicar esta disfunción, hay que partir de que el mercado de trabajo español presenta una dualidad, que se refleja en altas tasas de temporalidad. Uno de los grupos, el “núcleo central”, lo integran los trabajadores con contrato estable, mayor seguridad en el empleo y posibilidad de acceder a formación. El otro segmento, el “circundante” lo componen trabajadores con contratos inestables, menor coste de despido y que en términos generales tienen un nivel de rotación muy alto en el mercado laboral. Además, existen barreras de entrada y de salida en el “núcleo central” que hace difícil la incorporación de más y nuevos trabajadores.
En el caso del desempleo juvenil, esta realidad es más acusada. No obstante, la elevada temporalidad es un rasgo común a este colectivo en toda Europa, sin que esto signifique que vaya acompañado de una alta tasa de paro (ejemplo Alemania).
Además, en el mercado laboral español existen importantes desajustes entre la oferta y la demanda, que se puede explicar por las siguientes razones:
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Inexistencia de un flujo de información adecuado sobre los puestos vacantes. Uno de los problemas que existe España es la escasa presencia de los servicios públicos de empleo en el ámbito de la intermediación laboral, con un descenso de la confianza de los desempleados como método de búsqueda de empleo efectivo.
España junto con Italia se caracterizan por que sus desempleados utilizan en menor medida los servicios públicos de empleo (por debajo del 40%) para buscar un trabajo, mientras que la media europea está cerca del 60%, destacando Alemania, en donde este recurso lo utilizan más del 80% de los parados. En el caso concreto de nuestro país, el reclutamiento de trabajadores que lleva a cabo la propia empresa y la información que proporciona tu entorno más inmediato es el método más recurrente.
Si se concreta en la forma de encontrar empleo de los jóvenes, la EPA revela que más del 50% lo hacen gracias a la información que proporcionan los familiares y amigos, siendo el envío de curriculum directo a una empresa la segunda opción que les proporciona un empleo. En cambio, el Servicio Público de Empleo solo coloca el 4% de los jóvenes en el mercado laboral.
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Una de las características de nuestra población es la polarización de su nivel educativo, así, España cuenta con un mayor porcentaje de población activa respecto a la media de la UE en los dos extremos: estudios primarios o sin estudios y estudios superiores. Pero la gran diferencia con la eurozona reside en los estudios secundarios.
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Existe una alta tasa de abandono escolar prematuro, sobre la que hay consenso entre los expertos del mercado laboral que es una de las principales causas del desempleo juvenil, ya que la empleabilidad depende en gran medida del nivel educativo alcanzado.
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Se produce una elevada sobre-educación de algunos segmentos de la población. La rigidez a la baja del abandono escolar temprano en España no ha sido incompatible con el aumento de la formación universitaria, lo que ha provocado un desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo. Como consecuencia, los titulados universitarios han obtenido tasas de desempleo elevadas en comparación con sus homólogos europeos y quizás una mayor incidencia del subempleo. España es el país que tiene un mayor porcentaje de jóvenes titulados con un empleo de categoría inferior a su nivel de formación, el doble que la media de la OCDE.
-En 2017 se presentaban, en el “Libro Blanco sobre el Sistema de Formación en el Trabajo”, unas medidas objetivas e independientes, basadas en los datos y experiencias de los últimos años y en el análisis de los modelos de los países de nuestro entorno, con el objetivo de dotar a las empresas españolas y a sus trabajadores de un sistema de formación ágil, eficiente, seguro y de calidad que permitiera mejorar su competitividad y cualificación, respectivamente. ¿En qué se ha podido avanzar desde ese escenario?
Desde la entrada en vigor de la vigente Ley 30/2015, de 9 de septiembre, por la que se regula el Sistema de Formación Profesional para el empleo en el ámbito laboral, llevada a cabo sin el acuerdo de los Interlocutores Sociales (por primera vez en los más de 25 años de vida del sistema), desde CEOE ya advertimos que los resultados que se obtendrían serían muy negativos, y estamos seguros de que serán peores si no se corrige a tiempo.
Los principales problemas de la actual formación tras esta reforma se pueden resumir en que se forman menos trabajadores cada vez; menos empresas utilizan su crédito formativo y cada año hay más excedentes de fondos procedentes de la cuota de FP que no se devuelven al sistema y que se desconoce a qué se dedican.
CEOE ha estimado dichos excedentes en 2.500 millones de euros desde el 2015 y únicamente en el ámbito estatal. No tenemos datos para cuantificar los remanentes autonómicos, pero se presumen que también son muchos.
Por ello, en el año 2017, desde CEOE trabajamos intensamente para elaborar una propuesta empresarial única para un nuevo modelo de Formación Profesional para el Empleo tras dicha reforma de 2015, que contuviera una modificación valiente y en profundidad del vigente modelo, tal y como se contiene en el citado “Libro Blanco sobre el Sistema de Formación en el Trabajo”.
En este Libro se propone un cambio del actual sistema y la evolución a un nuevo marco de “Formación Profesional en el Trabajo” que busca alejarse de la publificación a la que ha sido sometido, retomando su carácter desadministrativizado que justifica su existencia; de naturaleza reglada, sí, pero en el marco de la negociación colectiva; basado en el ámbito de la empresa, laboral y, por tanto, teniendo a ésta como auténtico centro del mismo.
Estamos convencidos que la formación debe dar respuesta a las necesidades del tejido productivo.
Este nuevo modelo debe tener una gobernanza social donde los Interlocutores Sociales sean los verdaderos protagonistas, por tanto, los que establezcan los objetivos, los contenidos y el modelo de financiación de esta parte del Sistema, siendo la Administración la que colabore con los mismos; y en donde se realice un “seguimiento y control” que sea un medio, y no un fin en sí mismo, para mejorar la calidad y medir el impacto real que tiene la formación; para que la actividad formativa sea eficiente, rentable, sostenible y moderna.
Desde la publicación del Libro Blanco hemos tenido escasos avances en el modelo, mas allá de cambios de menor calado, aunque positivos, en las últimas convocatorias de subvenciones de ayudas para la formación de ámbito estatal, publicadas en los últimos tres años.
En la actualidad, estamos trabajando en la futura reforma de la Formación Profesional desde dos Mesas de diálogo social tripartito diferentes (gobierno, sindicatos y patronales), en las que intentamos trasladar el modelo contenido en dicho Libro Blanco.
Desde CEOE hemos pedido de forma reiterada que los trabajos de reforma de la Formación Profesional se realicen de forma coordinada en una única Mesa de Diálogo Social, con representantes tanto del Ministerio de Trabajo y Economía Social como de los del Ministerio de Educación y FP.
Confiamos que los trabajos de las dos Mesas de Diálogo Social consigan alcanzar avanzar en sentido positivo, ya que la trascendencia del sistema de formación requiere una reflexión profunda, un consenso amplio y una sólida perspectiva estratégica, como premisas de su reforma, y ello, máxime cuando los países más competitivos siguen con sus procesos de mejora de competencia individual de manera cotidiana, lo que significa que cada día que pasa se alejan más de nosotros.
En definitiva, necesitamos un Sistema de Formación Profesional que favorezca la productividad y la competitividad de nuestras empresas y sea equiparable a los que tienen los países europeos de referencia en esta materia.
-En algunos sectores como en el de la construcción, donde en los trabajos más especializados se produce una rápida transformación de trabajadores asalariados en nuevos empresarios emprendedores y empleadores, ¿Cómo se trabaja con esas pymes o micro pymes para poner también en valor la adecuada formación del perfil del nuevo empresario?
Desde CEOE trabajamos para fomentar entre los más jóvenes y la sociedad en general, una actitud mucho más positiva hacia la función que desempeñan los emprendedores, así como favorecer un mayor conocimiento de la realidad empresarial.
Ponemos mucho foco en la proyección del papel de la empresa como generadora de crecimiento económico y social sostenido, inculcando entre los más jóvenes el respeto y el conocimiento acerca del mundo empresarial.
Intentamos influir en las administraciones públicas con el objeto de poner en valor el papel del emprendedor y del empresario en la sociedad, en general.
Pero una de las claves es que colaboramos con las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, para promover el espíritu empresarial durante la etapa escolar y universitaria ya que somos conscientes que los jóvenes de hoy serán los emprendedores del mañana.
“Se podría decir que, en la actualidad, todo el proceso de aprendizaje del individuo (desde la infancia hasta que su jubilación) está en proceso de reforma.”
En cuanto a la formación del nuevo empresario, en CEOE contamos con CEOE CAMPUS, centro de formación de la patronal, desde donde se tiene un profundo conocimiento de las empresas en su día a día y los retos a los que se enfrentan, y eso nos lleva a impulsar líneas de actuación que favorezcan su crecimiento, a crear metodologías disruptivas y a contar los mejores partners académicos y expertos de cada área de actuación.
Temas como el de la transformación digital, el liderazgo y la diversidad, los ecosistemas empresariales, la salud laboral, la sostenibilidad y la internacionalización de empresas, son algunas de las líneas que se impulsan desde CEOE CAMPUS para ayudar a esos nuevos empresarios emprendedores y empleadores para afrontar sus proyectos empresariales.
-Usted ha afirmado, en relación a la Alianza para la Formación Profesional Dual, que contribuye a mejorar la cualificación de los futuros profesionales, haciendo así más competitivas a nuestras empresas, y que hoy, más que nunca, en esta sociedad digital resulta imprescindible alinear capacitación con las necesidades reales. ¿Cómo se consigue vertebrar a nivel de todo el país esta necesidad tan evidente con la propuesta formativa adecuada?
A este respecto, quiero partir de lo que indica el “Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI)”, índice que resume cinco indicadores (conectividad, capital humano, uso de internet, integración de la tecnología digital y servicios públicos digitales) del rendimiento digital de Europa y que permite un seguimiento de la evolución de los Estados miembros de la Unión Europea en la competitividad digital.
Según los datos de DESI – 2020, con datos previos a la pandemia, si bien España ocupa el puesto 11 de los 28 Estados miembros de la UE desde un punto de vista general; sin embargo, en lo referente al capital humano, ocupamos el puesto 16, encontrándose por debajo de la media de la UE.
Los niveles de competencias digitales básicas siguen siendo inferiores a la media de la UE. Únicamente el 55% de las personas entre 16 y 74 años poseen capacidades digitales básicas (57 % en la UE en su conjunto) y el porcentaje de especialistas en TIC representa una proporción menor dentro de la población activa que la de la UE (2,9 % frente a un 3,7 % en la UE).
A pesar del aumento de la demanda en el mercado de trabajo, la oferta de especialistas en TIC sigue estando por debajo de la media de la UE, lo que supone un riesgo grave de competitividad empresarial.
En España, la competencia por el talento digital es creciente. Y más aún en un contexto en el que el mercado laboral está cambiando y cambiará más radicalmente a medida que se vayan implantando nuevas tecnologías, lo que está contribuyendo a incrementar el desfase entre oferta y demanda, provocando que una gran cantidad de puestos de trabajo se estén quedando sin cubrir.
En relación con nuestro actual sistema de Formación Profesional para el Empleo, no se puede seguir formando para un mundo que ya no existe. El mundo es digital y la formación debe adecuarse a dicha realidad.
Es muy urgente cambiar el actual modelo de Formación Profesional para el Empleo, para que nuestro país pueda tener un modelo eficaz, moderno, en línea con los países más desarrollados de Europa y que sea un verdadero instrumento de mejora de nuestra economía.
-Usted ha facilitado a AD’IP Asociación Española la información adecuada como para comenzar a situarse y a poner en valor las posibilidades y responsabilidades que un representante sectorial puede llegar a tener, en el ámbito de la Formación del nuevo y adecuado Perfil Profesional, y también con el contacto directo con la Fundación para la FP Dual, de la que ya es actual miembro. ¿Cuál sería ese papel que debe de ocupar una Asociación de representación nacional de su sector como AD’IP Asociación Española?
Las organizaciones empresariales sectoriales están llamadas a tener un papel fundamental en el desarrollo presente y futuro de la Formación Profesional en España, y no sólo en la difusión, impulso y prestigio de la misma, sino en otros muchos ámbitos posibles.
Por ejemplo, figura el análisis de las necesidades de las cualificaciones profesionales que afectan a su propio sector y que demandan sus empresas asociadas, así como la coordinación de las acciones al respecto que se precisen con el Instituto Nacional de las Cualificaciones -INCUAL- y el Ministerio de Educación y Formación Profesional, además de su participación en el proceso de contraste de las cualificaciones profesionales nuevas o en la actualización de las ya existentes.
Asimismo, pueden participar en la revisión, análisis y elaboración de los Títulos de FP y Certificados de Profesionalidad, permitiendo así agilizar su creación y revisión.
“En relación con nuestro actual sistema de Formación Profesional para el Empleo, no se puede seguir formando para un mundo que ya no existe.”
Un aspecto muy relevante es el desarrollo de la FP dual; en el que las organizaciones sectoriales deben constituirse como “estructuras intermedias” que colaboren en el correcto desarrollo de la misma, sirviendo de nexo entre las empresas, los centros de formación, los aprendices y las propias administraciones públicas.
Otro ámbito clave para las patronales sectoriales es el relativo a la formación de los docentes, alejados en muchas ocasiones del devenir diario del mundo empresarial.
En relación con los programas de información y orientación profesional, las sectoriales también pueden contribuir al desarrollo de un sistema integrado y eficiente dirigido a padres/madres de familia, estudiantes, profesores, trabajadores y a los propios empleadores que representan, con el fin último de facilitar la transición de la educación/formación al empleo y de reducir los desajustes entre la oferta de las cualificaciones y las demandas de los sectores productivos.
Por último, desde CEOE consideramos que la participación de las organizaciones empresariales sectoriales en los procedimientos de evaluación de las competencias adquiridas por la experiencia laboral debe ser prioritaria, máxime cuando el actual gobierno pretende impulsar este sistema en los próximos cuatro años, ya que en muchos sectores será necesario acudir a la colaboración de empresas que cuenten con los medios adecuados, y esa colaboración se hará más imprescindible cuanto más especializada y sectorializada sea la competencia profesional a evaluar y reconocer.
-Tenemos que aprovechar esta oportunidad que supone tenerle al otro lado, y antes de finalizar, para preguntarle cuáles serán los retos de 2021 para la Formación en España y qué es lo que a Juan Carlos Tejeda no querría que se le quedara por hacer profesionalmente, si es que considera que aún le queda…
Con carácter general, durante el año 2021, tenemos que seguir avanzando en el desarrollo de cuatro reformas legislativas de calado que está desarrollando el actual gobierno, como es la reforma educativa que lidera el Ministerio de Educación y FP; la reforma de la Formación Profesional que se está impulsando desde dos ministerios distintos (Ministerio de Educación y FP y Ministerio de Trabajo y Economía Social); la reforma de las Políticas Activas de Empleo que ha iniciado el Ministerio de Trabajo y Economía Social y, por último, la reforma de la Política Universitaria del Ministerio de Universidades.
Se podría decir que, en la actualidad, todo el proceso de aprendizaje del individuo (desde la infancia hasta que su jubilación) está en proceso de reforma.
En relación con la reforma educativa que ya ha sido aprobada, desde CEOE debemos hacer seguimiento de su desarrollo normativo y negociar medidas que permitan minimizar sus aspectos más lesivos.
En relación a la reforma de la Formación, tenemos abierta una Mesa sobre Formación Profesional para el Empleo vinculada al Sistema Nacional de Cualificaciones, convocada desde la Secretaría General de FP del MEFP para avanzar en la reforma del sistema de FPE, y ello teniendo en cuenta que en el Real Decreto 2/2020, del pasado 12 de enero, por el que se reestructuraban los departamentos ministeriales del actual gobierno, se traspasaron parte de las competencias vinculadas a dicho Sistema a este Ministerio.
En esta Mesa todavía no se han iniciado los trabajos referidos a la reforma del Sistema de FP, si bien, los mensajes que se nos han trasladado sobre el futuro modelo de Formación están bastante alineados con el que defendemos en el mundo empresarial. Veremos cómo evolucionan las negociaciones.
Asimismo, se encuentra abierta otra Mesa sobre Formación Profesional para el Empleo, en este caso convocada desde la Secretaría de Estado de Empleo al objeto de reformar la Ley 30/2015, de 9 de septiembre, por la que se regula el Sistema de Formación Profesional para el empleo en el ámbito laboral. En esta Mesa tampoco se ha avanzado mucho respecto a la reforma de dicha Ley, esperando que los trabajos se desarrollen a lo largo del 2021.
Desde un punto de vista personal, considero que me quedan muchos retos profesionales por cumplir, aunque quizá el más importante es el de conseguir un modelo de Formación Profesional para el Empleo en España que favorezca la productividad y la competitividad de nuestras empresas y sea equiparable a los que tienen los países europeos de referencia en esta materia, y ello sólo se puede conseguir a partir de una reflexión profunda, un consenso amplio y una sólida perspectiva estratégica.